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El Consell de Formentera visita la escultura del perro ibicenco, ubicada en el centro Gabrielet, con los cazadores de la isla

caeivissenc_web_bonaCon motivo del final de la temporada de caza, el presidente del Consell de Formentera, Jaume Ferrer y la consellera de Bienestar Social y Juventud, Dolores Fernández, visitaron ayer la obra escultórica del artista César Ordás, junto con los representantes de los 3 clubes de caza de la isla (Es Cap, Portossalé y la Mola).

Esta pieza artística, ubicada en el centro Antoni Tur "Gabrielet", ha sido adquirida por el Consell de Formentera a petición del colectivo de cazadores de la isla. Valorada en 9.000 euros, representa la figura de un perro ibicenco, esculpido en bronce, de tamaño real, y que incorpora una leyenda sobre una placa de 50x90, extraída de la enciclopedia de Eivissa y Formentera.

El Consell Insular ha adquirido esta escultura con el objetivo de difundir y exponer el arte local. Su adquisición se incorporará a la colección artística del Consell, como una pieza de clara temática arraigada en el mundo de la caza tradicional de Formentera.

El señor César Ordás, nació en León en 1949 y vive en Formentera desde principios de los años setenta. Escultor y pintor autodidacta, versa su producción mayoritariamente en el mundo de la cultura popular y tradicional de Formentera que ejemplifica a través de sus campesinas, barretinas, perros o cormoranes que esculpe en madera de sabina o bronce.
 
El fragmento extraído de la enciclopedia de Eivissa y Formentera versa sobre los orígenes del podenco ibicenco:
"Sobre el origen del podenco ibicenco sólo se hacen conjeturas, a falta de pruebas concretas que demuestren que deriva de los perros traídos por los fenicios desde Egipto. Esta es la hipótesis más aceptada por la mayoría de autores y expertos. Es, sin duda, una de las razas más antiguas del mundo, que se mantiene bien conservada gracias a la cría endógena, limitada por la insularidad. Posiblemente los fenicios importaron perros de las razas llamadas perros del faraón y, una vez en la isla, la selección, tanto natural como artificial, convirtió aquellos primeros perros en lo que hoy se conoce como podenco ibicenco. (...) ".